
Los espectros son seres inaudibles e invisibles pero que, sin embargo, existen. Cuando vemos una película, leemos un libro o vemos una pintura, somos espectros de una realidad alterna. Al mismo tiempo que nos vamos adentrando en ella nuestra existencia se difumina, porque nosotros no podemos ser constatados por los otros seres de aquella realidad que presenciamos. Cartas a ninguém, nos explica Juan Manuel Roca, son cartas a personajes fabulados, otro tipo de espectros y fantasmas…
Este libro es la más reciente obra del poeta colombiano y su segunda escrita durante la pandemia. Encontramos cartas a personajes de Juan Rulfo, Malcolm Lowry; al igual que a un viejo boxeador, pero también, en palabras del poeta "al país en sus aspectos más cruentos, más violentos, realizadas como una manera también de exorcizar la violencia que nos ha tocado".
Presentamos aquí dos poemas de este libro publicado por la editorial Seix Barral y posteriormente incluimos una breve selección de su poesía hecha por el equipo editorial de la revista De-lirio.
DEL SOLDADO DESCONOCIDO
Madre,
póngame un puñado
de proyectiles
en el morral
que me voy a la guerra.
Y un poco de arroz
que yo pongo mi miedo.
Llevo una provisión
de cicatrices
para repartir al enemigo.
Ya alisté la camilla
de lona del abuelo
en la que regresó
con una pierna,
un brazo y tres medallas.
Madre,
un regimiento de sombras
huye de sus cuerpos
y las ruinas de país
que van dejando.
Llevo mis mejores heridas,
mi carnet
de desertor de la vida.
PAISAJE DE LOS HÉROES ABOLIDOS
“Los trabajadores transportan
estatuas de bronce
al basurero de la historia”.
Alan Jolés (Cup de Grace)
La historia,
como las brujas,
ama antes que nada las escobas.
A cada tanto se dedica a barrer
la estatuaria
de héroes marchitos
y efigies necrosadas:
hombres que soñaban
con la gloria
y trazaban fronteras
con su espada.
Por ejemplo,
el caudillo de todos los necios,
el payaso siniestro
al que enviaron al silencio
los partisanos de Italia.
Convertidos
en raídos transeúntes
de la historia,
entre cascos rotos
y radiadores oxidados,
quedan restos
de figuras de metal
esculpidas en países
esfumados sin remedio.
Los héroes abolidos
que batallaron
en las guerras del olvido
llegan en carromatos
a un paisaje sombrío.
Hablaban de la patria
como de sí mismos,
ahora van destinados
al salón de la infamia.
Los historiadores
los mencionan entre dientes
como quien habla
de la guillotina
en casa de Robespierre.
Al cementerio de la historia
llega una gavilla
de anticuarios. Se inicia
la subasta de espejismos.

Caída de la estatua de Franco en Barcelona

Stalin pierde el olfato; Moscú
BIBLIOTECAS DE LOS CIEGOS
Absortos, en sus mesas de caoba,
Algunos ciegos recorren como a un piano
Los libros, blancos libros que describen
Las flores Braille de remoto perfume,
La noche táctil que acaricia sus dedos,
Las crines de un potro entre los juncos.
Un desbande de palabras entra por las manos
Y hace un dulce viaje hasta el oído.
Inclinados sobre la nieve del papel
Como oyendo galopar el silencio
O casi asomados al asombro, acarician la palabra
Como un instrumento musical.
Cae la tarde del otro lado del espejo
Y en la silenciosa biblioteca
Los pasos de la noche traen rumores de leyenda,
Rumores que llegan hasta orillas del libro.
De regreso del asombro
Aún vibran palabras en sus dedos memoriosos.
MONÓLOGO DE LA GITANA
Leí mis propias manos
Y vi la muerte paseando
Entre dos senderos imprevistos.
Desde entonces
Me enseñé a cruzar los dedos
A cada cruce de caminos.
A un hombre taciturno
Le adiviné la suerte en el cementerio.
El encendido color de mi blusa
Parecía un pájaro en llamas
Sobre lajas y ángeles de yeso.
Vana ironía, adivinar el porvenir
Junto a una tumba.
Aunque lo intente,
No soy mejor adivina que la muerte.
SEGUNGA MUERTE DE LÁZARO
Lázaro murió una vez,
Pero nada se supo de su segunda muerte.
En la última de sus resurrecciones
Es casi de rigor
Que vuelva a aparecer ante los ojos
De Marta y de María.
¿Por qué Lázaro y Jesús
Se aparecieron antes que a nadie
A las mujeres?
Porque de tal manera
Las noticias corren más de prisa,
Aun si se trata de las ardientes
Tierras de Judea.
Cuando Cristo pronunció su Talita Cumi,
Su levántate y anda,
El pobre Lázaro, buen vecino de Betania,
Llevaba cuatro días de irredento.
Pero, ¿cómo murió Lázaro por segunda vez?
¿De qué nueva enfermedad?
¿Por qué no narró su primera estancia
En el silencio?
¿Nadie le preguntó si traía
Razones de lo eterno?
La Biblia nos deja
En las nieblas del misterio.
Frente al espejo me asalta
La soslayada parábola de Cristo:
¿No muero y nazco cada día,
Cada vez que mi cuerpo entra
O sale de los sueños?
Y para que se enteren de mi resurrección,
Cada mañana busco
Los ojos de Marta o de María.
EXILIADOS
Recorren parajes de trenes En cuyas blancas estaciones Se viaja al olvido. Hombres con el gesto de quien se sabe Limítrofe entre el aire y el presidio Hablan en lenguas extrañas De una luz, de un nuevo viento. Hombres cuyo país No es más que un trozo azul de lejanía.
Juan Manuel Roca (Medellín, 1946). Poeta, narrador, ensayista y periodista colombiano. Por 10 años fue coordinador y director del Magazín Dominical de El Espectador. En 1997 recibió el doctorado Honoris Causa en Literatura por la Universidad del Valle. Ha obtenido el II Premio Nacional de Prosa Reunida Poesía Eduardo Cote Lamus en 1975, el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia en 1979, el Premio Mejor Comentarista de libros Cámara del Libro en 1992, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en 1993 y el Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia, en 2000. Libros de poesía publicados: Memoria del Agua (1973), Luna de Ciegos (1975), Los Ladrones Nocturnos (1977), Señal de Cuervos (1979), Fabulario Real (1980), Ciudadano de la Noche (1.ª ed. 1989), Pavana con el Diablo (1990), (1993), La Farmacia del Ángel (1995), Tertulia de Ausentes (1998) y Teatro de Sombras con César Vallejo (2002). Antologías de su obra: Antología Poética (Bogotá, Félix Burgos Editor, 1983), País Secreto (La Habana, Casa de las Américas, 1987), Luna de Ciegos (Medellín, Universidad de Antioquia, 1991), Luna de Ciegos (México, Joaquín Mortiz, 1994), Lugar de Apariciones (Bogotá, Ediciones Aurora, 2000), Los Cinco Entierros de Pessoa (España, Ediciones Igitur, 2001) y Arenga del que Sueña (Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 2002). Libros de ensayos: Museo de Encuentros (Edit. Magisterio, 1995) y Cartógrafa Memoria (Universidad Eafit, 2003). Libro de cuentos: Las Plagas Secretas y otros cuentos (Universidad de Antioquia, 2001). Con el título de Korpens Tecken (Señal del Cuervo), se editó una antología de sus poemas en sueco, en traducciones de María Kallin. La Editorial Alfaguara publicó su novela Esa maldita costumbre de morir (2003).